El Pógcar de La Repera
Porque hablando se apoyan las titis, aquí te traemos el salseo de la vida de la emprendedora rural. En el podcast de la Repera, hablamos sobre todos esos temas que nos traen de cabeza para lograr que nuestro negocio encaje en los tiempos que corren. Y lo hacemos con una nota de humor, que nunca está de más.
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El Pógcar de La Repera .
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¿Qué carajos es un pódcast?
¿Qué no sabes lo que es un pódcast? Tranquila, Belén y Raquel no sabían ni pronunciarlo (de ahí El Pógcar). Tam algo sabía porque es la periolista que ya hacía pódcast hace 20 años…
Un pódcast viene a ser un contenido audiovisual que se puede descargar. Mi abuela lo explica que da gusto: “Las chicas ahora hacen un programa de radio, pero sin emisora. Lo pone en el internet y cada cual lo escucha cuando mejor le convenga”. Si, una ama mi abuela.
Hay un universo entero entorno al mundo de los pódcast en el que te animamos a zambullirte. Los hay de todas las temáticas que puedas imaginar. Pero recuerda: pódcast hay muchos. Pógcar solo hay uno.
¿Y cómo os dio por ahí?
Porque somos de las generaciones de encender la radio los sábados por la mañana, de escuchar cintas de cassette y de disfrutar de la intimidad de una buena conversación tomándote un café.
Tú y yo sabemos que pasamos mucho tiempo solas. Ya sea en el coche mientras hacemos repartos, vamos a por materiales, o mientras estamos creando nuestros productos o servicios. Convivimos con la soledad a diario y nos parece que el formato pódcast nos permite acompañarte mientras haces tus labores.
Y, además, lo de hablar se nos da medianamente bien a las tres.
¿Qué me voy a encontrar en El Pógcar?
- Entrevistas con maestras de lo suyo que nos explican las cosas de Internet y del mundo de los negocios de una forma que entendemos. ¡Por fin!
- Reflexiones, vivencias y batallitas tanto nuestras, como de otras titis, sobre esto de ser emprendedoras y sacar adelante nuestros chiringuitos rurales. A veces reímos y a veces lloramos, pero eso es la vida ¿no?
- Desvaríos varios y claro que sí, humor. Porque la risa también es terapia.