“Ella es la maestra de la autoestima. Una mujer que hoy brilla fuerte y con luz propia, pese a haber atravesado la más oscura de las penumbras.
Ella es actriz, cantante, activista, creadora de contenido, artista multidisciplinar. Una mujer a la que a diario siguen en sus redes unas 700mil personas.
Personas a las que está cambiado la vida con su contenido divulgativo sobre los trastornos de la conducta alimentaria, sobre el autoconocimiento, la autoestima y los malditos prejuicios.
Autora del libro Acepta y Vuela, coprotagonista en campañas publicitarias como ‘Lo hecho, hecho está’ de Wallapop, o la mujer a la que Ikea de repente le encarga contenido. Ah y elegida por la revista Forbes como una de las 100 mejores influencers de España.
La que se fue al pueblo por amor, hasta que la reclamaron desde la capital para coprotagonizar Gordas, la obra que puedes ir a ver al Teatro Luchana de Madrid, si es que consigues entradas.
Una mujer que se enfrentó a la adversidad, y que cuando se aceptó a sí misma, su generosidad la empujó a querer enseñarnos a los demás a hacerlo.
La chica de la sonrisa envidiable, madre de croquetas, vengadora de complejos, la reina de la fuerza de voluntad.
Hablamos, croquetamente, de la artista Mara Jiménez”
Hace tiempo que en mi corcho (las que me conocéis sabéis que soy muy de corcho, y no solo del que tapa las botellas de vino) hay una nota que reza: “Quiero fuerte a Mara en El Pógcar”. No imaginas lo bien que sienta poder quitar esa notita. Misión cumplida.
¿Por qué quería fuerte a Mara en El Pógcar? Pues porque esta persona es una fuente inagotable de inspiración y motivación. Es de esas mujeres que tienen un aura especial, una energía única, un nosequé que quéséyo.
Es un ser de luz, uno de esos seres especiales que vienen a iluminar el mundo. Tal y como dijo Raquel, nuestra maestra quesera, tras conocerla: “Si en el mundo hubiera más Maras, el mundo sería un lugar maravilloso”.
Aquí la menda (hola, soy Tam, la que escribe estas líneas, por si no nos conocíamos) dio, por casualidades de la vida, con la cuenta de Mara en Instagram, @croquetamente_ y mi visión sobre un montón de cosas cambió por completo.
Gordofobia, TCA, autoestima y prejuicios
La cuenta de Mara comenzó por descubrirme que existe una cosa llamada “gordofobia”, que básicamente es juzgar a una persona centrándonos únicamente en su talla, por su físico, sin preguntarnos qué le puede estar pasando o cuáles son sus circunstancias. Me descubrió también que, desde bien pequeñas, nos han enseñado que eso es lo que vale: tener una buena presencia física, que resulta que nunca es suficiente por más que te esfuerces. Siempre hay que estar un poco más delgada, o ser un poco más alta, o tener una nariz un poco más pequeña. La tiranía de la belleza lo llaman. Sin prestar la más mínima atención a la salud mental.
Debido en gran parte a eso, Mara comenzó a sufrir desde muy joven un TCA (trastorno de la conducta alimentaria) y ha estado años en tratamiento. A día de hoy, sigue en terapia y desde ese altavoz que son las redes sociales, lucha activamente por cambiar las cosas. Cosas que solo cambian si transformamos nuestra manera de pensar y de ver. Como ella misma nos cuenta en el episodio, los cambios colectivos solo ocurren si primero hay cambios individuales.
Me descubrió que incluso quienes nos sentimos juzgadas, jugamos del mismo modo. Porque es lo que nos han enseñado y desapender todo eso cuesta mucho.
Acepta y Vuela. De odiarme a amarme sin medida
Debido a todo el proceso que ella ha vivido en sus propias carnes, y tal y como relata en su primer libro “Acepta y Vuela. De odiarme a amarme sin medida”, se ha empeñado en enseñarnos a querernos a nosotras mismas.
¡Qué cosa más sencilla y complicada a la vez! Mientras leía el libro de Mara, en mi cabeza resonaba fuerte una de esas frases magistrales que siempre me dice mi abuela Pili (la persona más sabia que conozco): “Nada mejor en este mundo, que una misma llevándose bien”.
Y si lo piensas… a ver… ¿con quién seguro, seguro, fijo, vas a pasar el resto de tus días? Contigo misma, ¿no? Entonces… ¿qué sentido tiene que no te gustes, que pienses que siempre hay algo que tienes que mejorar, que nunca eres suficiente, que evites mirarte en el espejo? No tiene sentido alguno.
Pero, pasar de la teoría a la práctica, es otro cantar.
Cuando di con la cuenta de Mara, allá por 2020, yo me encontraba en un proceso catártico en el que me escudriñaba a mí misma a la voz de “qué coñas haces ahora con tu vida”. Acababa de cerrar mi empresa y me había vuelto al pueblo, con el rabo entre las piernas como suele decirse. Gracias a Mara y a su contenido, descubrí que había ciertas cosas que tenía enquistadas en mi mente y que eran las que me impedían avanzar. Eso, titi, te lo cuento en el episodio.
Gracias a Mara yo comencé a hablar conmigo misma y me empeñé en llevarme y caerme bien. Aún estoy en ello, ya sabes, a veces Bonita, a veces Vinagres. Y como por arte de magia (aunque de magia nada, que esto lleva su buen curro interno), todo empezó a fluir: al poco recibí la llamada de Raquel y de Belén que nos llevó a crear Eres La Repera, El Pógcar y toda esta maravillosa comunidad de emprendedoras rurales que, a muchas, nos da la vida.
Los deberes del día 1
Consciente de la importancia del llevarse bien con una misma, de la autoestima y sus poderes mágicos, escribí el guion de aquel primer episodio del Pógcar en el que solo estábamos las tres Marías y en el que puse los deberes más complicados: dedícate 15 minutitos al día para hablar contigo misma. Ha pasado más de año y medio y puedo contar con los dedos de una mano el número de titis que ha conseguido hacer estos deberes. Hasta yo misma hago pellas de vez en cuando…
Mara fue mi catalizador para empezar a cumplir con esos deberes. Y por eso esa notita en mi corcho: necesitaba presentárosla para ver si surtía el mismo efecto con vosotras, mis titis, que valéis un potosí.
Por eso, este episodio me resulta un tanto especial. Me toca fuerte la patata. Me rasca esa heridita que todas tenemos. Y escuece, pero eso es porque está curando.
Por eso aquella nota. Por eso este episodio. Por eso Mara se ha convertido en la maestra de la autoestima de esta nuestra comunidad de emprendedoras rurales.
Le hemos preguntado mil cosas, pero, sobre todo, nos hemos quedado embobadas escuchándola. Aparte de tener una historia acojonante, Mara es una comunicadora excepcional y tiene un poder de conexión imparable. ¡Y solo tiene 27 años! Cuánto bien le queda por hacer a este mundo. Como diría la abuela Pili: “que Dios la bendiga y la proteja”.
Gente gorda haciendo cosas, ¿dígame?
Pero con Mara no sólo hemos hablado de complejos y autoestima. Porque resulta que ella también tiene su historia con el ruralismo y nos la cuenta orgullosa. Además, hemos querido que nos hable también sobre cómo gestiona el tema de las redes sociales -ya sabes, desde nuestra ignorancia digital- y es alentador escuchar su mensaje de reconciliación con este medio que da tanto como quita. Es un altavoz para las buenas causas pero también un amplificador de odio que hay que saber gestionar. Hemos hablado de ese momento en el que su contenido se hizo viral, el famoso “Gente gorda haciendo cosas, ¿dígame?” y nosotras le hemos contado que somos gente rural haciendo cosas todo el rato.
Y para muestra, un botón, porque en este episodio hemos contado también con la presencia de las nuevas Titis del Mes: Nuria y Otero de Territorio Rampinge, ejemplo de gentes rurales haciendo cosas por doquier con su escuela de marcha nórdica. Te estoy preparando un artículo bien completito sobre ellas y su movida, pero si no quieres esperar, dale al play y entérate de todo.
Y tú, titi de nuestros amores, ¿cómo llevas los deberes de conversar contigo misma? Te escuchamos en comentarios.
2 respuestas
Me parece una tarea interesante voy a por ella ya os contaré si no muero en el intento
Milagros, es súper importante pensar en cuidarnos, tanto física como mentalmente. Mara nos da las claves para la parte mental y sin duda con Territorio Rampinge tenemos la parte física cubierta. Aunque no esté el de Thor jajajaja.